El profesor Thomas Goreu lleva desde los años 70 trabajando alrededor del mundo desarrollando arrecifes de coral junto con a Coral Reef Alliance, a través del método Biorock inventado por el mismo y por Wolf Hilbertz. Este material que permite construir estructuras en cualquier forma y tamaño en el mar, es tres veces más duro que el hormigón, es barato de producir, no genera CO2, y tiene una vida útil muy larga.
En los años 80 utilizaron este método por primera vez para hacer crecer corales, creando estos nuevos arrecifes que atraen biodiversidad marina y cuando se encuentran frente a playas, contribuyen a evitar la erosión. Las pruebas realizadas con Posidonia oceanica en el mar Mediterráneo se han llevado a cabo en zonas pequeñas en el sur de Italia, en Bari durante 3 meses, pero los resultados obtenidos son prometedores. En otras pruebas en Panamá, México, Jamaica o Indonesia, las praderas marinas son claramente más altas y más verdes, alrededor de estas estructuras. El método Biorock también se ha utilizado en marismas salinas de la playa de Nueva York.
Thomas Goreau ha resaltado durante su intervención que los suelos marinos atrapan materia orgánica, esencialmente más CO2 que el que encontramos en la atmósfera. Al destruir los ecosistemas todo ese carbono almacenado vuelve en forma de CO2, sin embargo, si plantamos y restauramos de manera efectiva estos ecosistemas podemos almacenar carbono de una manera más eficiente. Biorock es importante porque al acelerar la tasa de crecimiento de las plantas en altura y también las raíces que estabilizan el terreno, se crean las condiciones adecuadas para que una mayor cantidad de carbono pueda acumularse.