Estos días en Ibiza hemos tenido unos días de marcada inestabilidad meteorológica. Tanto es así, que el martes se paró casi toda actividad en la isla para refugiarnos de las lluvias torrenciales que colapsaron las zonas más pobladas.
No es nada nuevo, se trata de un fenómeno habitual en la vertiente mediterránea, conocida como gota fría, aunque va ganando relevancia su nombre técnico, DANA.
Hoy en nuestro blog queremos explicar en qué consiste este fenómeno, por qué resulta tan destructivo y varias cosas más. ¡Vamos a verlo!
Todo lo que debes saber sobre la DANA
La DANA o gota fría es, como hemos dicho arriba, un fenómeno habitual en el mediterráneo occidental en los primeros compases del otoño meteorológico. Es decir, más o menos en estas fechas. Por tanto, es algo con lo que se ha convivido desde siempre.
¿Pero por qué resulta un fenómeno tan dañino? Principalmente, porque la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA es un acrónimo) es una tormenta con fuertes vientos y lluvias intensas pero en un período de tiempo muy acotado, en ocasiones de unas horas.
El problema de todo esto es que ni el suelo tiene tanta capacidad de absorber agua, ni el alcantarillado puede soportar tanto caudal. De ahí que sean frecuentes las riadas y demás desastres asociados.
Cómo se origina una DANA
Se trata de una colisión de un frente de aire frío con otro de aire cálido y húmedo. Como resultado, el agua genera nubes de tormenta y precipita, haciéndolo con fuerza.
Este choque entre corrientes de aire provoca también aires bastante violentos, que en ocasiones pueden llegar a huracanadas velocidades de 140 km/h, lo suficiente para tumbar árboles y realizar otro tipo de destrozos.
Hay que tener en cuenta que el Mediterráneo es un mar muy interior, con apenas salidas a otras corrientes marinas. Por tanto, tiene mucha más facilidad para calentarse.
Esto provoca una mayor evaporación del agua de su superficie, por lo que el aire además de cálido, es húmedo. Cuando entra aire frío en altura se generan nubes más compactas y con mayor carga eléctrica. Es decir, más rayos y nubes más cargadas de agua.
Llueve con fuerza en #Ibiza y #Formentera, tormentas.
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— AEMET_Baleares (@AEMET_Baleares) August 27, 2019
¿Tiene la DANA conexión con el cambio climático?
La emergencia climática no supone solo una subida de las temperaturas. Es decir, no se trata simplemente de calentamiento global, sino una alteración en el clima, con todo lo que ello supone: un incremento en la cantidad de fenómenos meteorológicos adversos.
Como consecuencia del calentamiento global, el Mediterráneo occidental ha visto incrementada su temperatura 1,27ºC en las últimas décadas. Esto puede parecer poco, pero nada más lejos.
Supone que para 2050, según previsiones del Observatorio de la Sostenibilidad, el Levante español sea una de las zonas más afectadas por la emergencia climática. Y esto acarrea tormentas más electrificadas, lluvias más intensas y frecuentes, y mayores temperaturas, lo que conllevará a lluvias más intensas y frecuentes aún. Casi nada.
Por supuesto, es pronto para saber si el reciente período de gota fría, que ha dejado en algunas zonas de Baleares la friolera de 100 l/m2, es consecuencia directa de la emergencia climática.
Hay que tener en cuenta, como se analizó desde Pure and Applied Geophysics, la temperatura media del Mar Mediterráneo subió en 1,27º C en desde el período anterior de estudio, que terminó en 2010. Por tanto, es un buen momento para pensar en qué planeta queremos vivir.