Durante el estado de alarma España ha conseguido coger algo de ritmo en la preocupación y conciencia por el medio ambiente. Un ritmo que ha ayudado a cumplir los estándares internacionales acordados.
Lo único que queda es seguir a este ritmo y que la vuelta a la normalidad, no incluya la normal degradación del entorno.
La sostenibilidad, sinónimo de evolución
Esta situación de pandemia ha ayudado a acelerar el proceso de abandono del sistema de economía lineal y ser sustituido por una economía circular. En consonancia, esta crisis ha servido en el avance hacia una economía sostenible, de tal forma que se ha posicionado en lo alto de la agenda europea y global.
Cuando las únicas noticias televisadas han sido relacionadas con la evolución del virus, aquellas que narraban el freno en la degradación del medio ambiente sonaban a muy buenas noticias. Parece como si la ciudadanía hubiese necesitado la pandemia internacional para comprender que el futuro del Planeta descansa en el principio colaborativo de la economía circular.
La cadena de reciclaje ha sido capaz de seguir respondiendo con eficacia y seguridad a una demanda ciudadana que se ha visto reforzada durante las últimas semanas. De esta forma el reciclaje se ha puesto como prioridad en cada vez más hogares.
Ahora el objetivo, según los expertos, es mantener este ritmo e incluso aumentar el ritmo. Sin embargo, las previsiones remarcan que con la reactivación de la actividad es posible que la apuesta sea redoblar el crecimiento a costa de la degradación del entorno. En otras palabras, que suframos un efecto rebote.
¿Qué es la economía circular?
Se trata de una estrategia que tiene como objetivo reducir tanto la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los «bucles» o flujos económicos y ecológicos de los recursos.
En otras palabras, la clave está en la reducción del consumo de manera generalizada con el objetivo de evitar el desperdicio de materias primas. Además, este modelo va más allá del reciclaje. Se propone que ir a la raíz del problema para ofrecer soluciones viables.
Además, este sistema económico es trasversal. Esto es que busca objetivos en otras aspectos, ya que se prima el beneficio social y medioambiental, relacionándose de manera muy estrecha con la sostenibilidad.
El principal fin es eliminar la cadena de: producir, usar y tirar. Acostumbrados a consumir a corto plazo, la economía circular busca reaprovechar de manera continua todos los elementos posibles de las distintas etapas: extracción, diseño, producción, reelaboración, distribución, consumo, utilización, recogida y reciclaje.