Ibiza, más allá de su renombre como destino de ocio, esconde un tesoro natural de inestimable valor. Sus playas cristalinas, su rica biodiversidad y su patrimonio cultural la convierten en un escenario ideal para el desarrollo de actividades ecoturísticas. Esta tendencia, en auge a nivel mundial, ofrece una oportunidad única para diversificar la oferta turística de la isla y atraer a un viajero más consciente y respetuoso con el medio ambiente y la comunidad local.
La isla cuenta con una gran variedad de recursos naturales que pueden ser aprovechados para el desarrollo del ecoturismo:
- Playas y calas: Numerosas calas y playas, alejadas de las zonas más turísticas, ofrecen la posibilidad de disfrutar del mar y la naturaleza en un entorno tranquilo y preservado.
- Rutas de senderismo y cicloturismo: Ibiza cuenta con una extensa red de senderos que permiten explorar la isla a pie o en bicicleta, descubriendo paisajes únicos y una rica biodiversidad.
- Fondos marinos: Destacar, las praderas de posidonia, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que son un tesoro submarino que atrae a buceadores y amantes del snorkel.
- Patrimonio cultural: La isla cuenta con un rico patrimonio histórico y cultural, con yacimientos arqueológicos, elementos históricos y celebraciones populares que ofrecen una inmersión en la cultura ibicenca.
Para poner en valor el potencial de Ibiza como destino ecoturístico, entrevistamos a Alfonso Polvorinos, biólogo, formador, divulgador de Turismo de Naturaleza y colaborador del Hub de Ecoturismo que se celebra durante HIC Summit.
Alfonso, ¿Qué fortalezas tiene Ibiza para posicionarse en el sector del ecoturismo?
Pues no son pocos los puntos fuertes de la isla en el ámbito ecoturístico. En primer lugar tiene lo primordial: unos recursos naturales sobresalientes y unos espacios naturales protegidos en consonancia. El Patrimonio Mundial de las Praderas de Posidonia es sin duda su valor más llamativo, pero no solo destaca el máximo exponente de la biodiversidad submarina mediterránea, también su importancia desde el punto de vista ornitológico como lugar de cría o de paso migratorio de diferentes especies atractivas para el turista ornitológico como la pardela balear -el ave marina más amenazada de Europa-, el halcón de Eleonor, el cormorán moñudo o la gaviota de Audouin. O a nivel botánico o herpetológico. Sabinas, almendros, olivos, orquídeas, son un buen ejemplo de lo primero y la lagartija de las Pitiusas o las tortugas marinas lo son de lo segundo.
Por otra parte, como en el resto de las islas Baleares, la Sostenibilidad es una filosofía que está calando en los últimos años en el tejido empresarial ibicenco, algo absolutamente primordial para crear una oferta turística responsable. El Compromiso es una cualidad que debe ir asociada al verdadero ecoturismo desde la concepción misma de cualquier proyecto, tanto desde la creación de producto como del perfil de la demanda. El ecoturista está cada vez más comprometido con el desarrollo local, con la conservación de la naturaleza, con la lucha contra el cambio climático, etc. e Ibiza tiene todo para satisfacer las necesidades de este público.
Además, al posicionamiento contribuye que en la mente del viajero, del ecoturista, Ibiza no se asocia en principio a destino de observación de la naturaleza; algo que, combinado con el indudable atractivo como destino turístico y esa aparente sorpresa en cuanto a patrimonio y recursos naturales, culturales, etnográficos, juega en favor de la isla para abrirse paso en el sector.
¿Qué cambios deben impulsarse para que este segmento contribuya a desestacionalizar la temporada turística en la isla?
La desestacionalización pasa por tener oferta (actividades y producto) y servicios turísticos durante todo el año. La naturaleza es el mejor aliado para desestacionalizar ya que, a diferencia de otros segmentos turísticos que responden a la temporada meramente turística (alta, media o baja), la madre natura siempre tiene algo que ofrecer en cada momento del año. Además de la temporada turística está la temporada biológica. Siempre hay cosas que ver o disfrutar sea el mes que sea, bien por épocas de floración, por la presencia de unas u otras especies animales debido a migraciones, por comportamientos animales, el cambio de hoja con la llegada del otoño, etc. De hecho, normalmente es durante el invierno, la primavera y el otoño cuando la naturaleza luce sus mejores galas.